En esta nueva entrada quiero hablar de la asertividad, un concepto clave a la hora de relacionarnos, que nos facilitará la comunicación y el entendimiento.

La asertividad es la capacidad de autoafirmar los propios derechos, sin dejarse manipular y sin manipular a los demás. Las personas asertivas poseen habilidades para responder adecuadamente en las interacciones sociales.

La asertividad se aprende, está ligada a la autoestima y a las habilidades sociales. Supone tratarse con respeto a tí mism@ y a los demás.

Podemos decir que existen tres tipos de personas  a la hora de responder en las interacciones:

1. Sumisas, personas que no defienden sus intereses, deseos y derechos. Respetan a los demás, pero no lo hacen consigo mism@s. Evitan molestar a los demás, le importa lo que el otro/a piensa, su creencia es «es necesario ser querido y apreciado por todos». Aparecen sentimientos de culpa, de impotencia (es difícil gustar a todos como pretenden), ansiedad, frustración. Va ligado a baja autoestima. Muestran poco contacto ocular, volumen de voz bajo, inseguridad para saber qué decir y hacer. Son frecuentes las quejas.
2. Agresivas, personas que defienden en exceso sus derechos e intereses, no tienen en cuenta  a los demás. Sitúan todo en términos de perder o ganar, creen que ellos son los importantes, piensan «es horrible que las cosas no salgan como les gustaría». Aparecen sentimientos de soledad, culpa, ansiedad, frustración. Va ligado a baja autoestima. Los demás tienden a rechazarlos, porque son hostiles.  Muestran un volumen de voz elevado, utilizan insultos y amenazas, un contacto ocular retador, posturas invasoras, tendencia al ataque y contraataque. Estilo pasivo-agresivo, personas aparentemente sumisas en sus comportamientos externos, con gran cantidad de pensamientos de resentimiento. utilizan la manipulación y el chantaje emocional.
3. Asertivas, personas que conocen sus derechos y los defienden, respetan y valoran a los demás, buscan llegar a un acuerdo. Defienden sin agredir, tienen la capacidad de expresar sus intereses, de discrepar, de pedir aclaraciones, de decir que no, de asumir sus errores. Conocen y creen en sus derechos. Va asociado a una buena autoestima. Existe un buen manejo emocional, son capaces de expresar sus sentimientos. Muestran un habla fluida, seguridad, contacto ocular, relajación corporal y honestidad.

Si echo mi misma sombra en mi camino, es porque hay una lámpara en mí que no ha sido encendida. (R. Tagore)

Olga Castanyer, psicóloga que escribió «La asertividad, expresión de una sana autoestima» , recoge en su libro unos derechos asertivos, que voy a citar porque me parecen básicos:

• Derecho a ser tratado con respeto y dignidad.
• Derecho a tener y expresar opiniones y sentimientos.
• Derecho a ser escuchado y tomado en serio.
• Derecho a conocer mis necesidades, establecer prioridades y tomar mis decisiones.
• Derecho a decir No sin sentir culpa.
• Derecho a pedir lo que quiero, dándome cuenta que tendré que aceptar el No del otro si se diese.
• Derecho a cambiar.
• Derecho a cometer errores.
• Derecho a pedir información y ser informado.
• Derecho a decidir qué hacer con mi cuerpo, mi tiempo…mientras no se violen los derechos de los otros.
• Derecho a disfrutar.
• Derecho a mi descanso y cuidado.

Las personas asertivas por lo tanto tienen capacidad para resolver situaciones sociales con mayor éxito, poseen herramientas fundamentales, como ya he dicho éstas se pueden aprender, pero ¿Por qué no todos las tenemos?.

Algunas de las razones de esa falta de asertividad pueden ser las siguientes:

• La persona no lo ha aprendido a lo largo de su historia vital, esto está relacionado con las figuras de apego. Si me siento querido, reconocido y seguro, será más fácil creer en mis derechos y poder defenderlos. La representación mental que tendré del mundo y de los otros es de un lugar seguro donde me puedo permitir expresar mis opiniones y sentimientos.
• Por otro lado aprendemos por imitación, adquirimos habilidades sociales siguiendo los modelos que tenemos a nuestro alrededor.
• No conocer nuestros intereses, necesidades, deseos… dificultad para identificarlos y por lo tanto defenderlos.
• Miedo y ansiedad asociada a una baja autoestima, por ejemplo miedo a no agradar a los demás.

Voy a explicar algunas recomendaciones para llevar la asertividad a la práctica:

• Comunicar al otro nuestros deseos, intereses, peticiones…de modo que lo comprenda, sin esperar que lo sobreentienda.
• Hablar de manera clara y con firmeza.
• Hablar desde mi  «yo siento, entiendo que…».
• Hablar desde la calma, si por ejemplo veo enfado en el otro, señalárselo y proponerle dialogar en otro momento. No entrar en discusiones, defender mi opinión tantas veces como sea necesario desde la tranquilidad.
• Hacer peticiones no demandas.
• Hacer preguntas.
• No acusar.
• No criticar a las personas, podemos hablar de lo que el otro ha podido hacer mal, pero eso no supone que sea mala persona, todos cometemos errores.
• Aceptar las criticas, reconocer errores.
• Expresar nuestras emociones, nuestro malestar si lo hubiera, para que no se acumulen y lleguemos a situaciones de agresividad (lo típico que decimos fue la gota que colmó el vaso y exploté).
• Centrarnos en un tema, evitar generalizaciones.
• Agradecer y compartir nuestras emociones agradables.
• Expresar lo bueno y valioso que ves en los otros, reconocerles.
• Empatizar, ser capaces de ponernos en el lugar de los otros.
• Intercambiar afecto.
• Utilizar el buen humor.

La asertividad como hemos visto depende de diferentes factores y se va adquiriendo, nunca es tarde para intentar ser más asertivos. Nos ayudará a la hora de comunicarnos y serán más fáciles nuestras relaciones sociales. Permite mostrarte tal como eres desde el respeto. Voy a acabar citando a Dostoievski

Si quieres ser respetado por los demás, lo mejor es respetarte a ti mismo. Sólo por eso, sólo por el propio respeto que te tengas, inspirarás a los otros a respetarte.