En la entrada de hoy vamos a hablar sobre la famosa autoestima, un concepto muy utilizado en nuestros tiempos. Nos preguntamos por qué tendremos poca/mucha autoestima, qué influye, etc y eso es lo que vamos a explicar.

La autoestima es la valoración que tenemos acerca de nosotr@s mism@s, dicha valoración se conforma en base a nuestras experiencias, sensaciones… y las interpretaciones que hacemos de las mismas. Se desarrolla fundamentalmente en las primeras etapas de la vida, aunque puede modificarse posteriormente, es cambiante y depende tanto de factores externos como internos a la persona.

En la formación de la autoestima aparece nuestra propia imagen, el autoconcepto. La opinión que los demás tienen sobre nosotros, nos es devuelta como la imagen de un espejo; influyendo en la imagen que nos creamos sobre nosotros mismos y claro está sobre nuestra autoestima.

Los niñ@s conocen sus capacidades, preferencias, intereses…depende de cómo se vean realizando las cosas, lo que los demás le devuelven sobre sus actuaciones y lo que son capaces de conseguir, así se va desarrollando su autoconcepto.

La familia constituye nuestro primer núcleo social, donde los niños comienzan su proceso de socialización y aprendizajes sobre el mundo que les rodea y sobre su propia persona. Por lo tanto el desarrollo de la autoestima no puede independizarse de la familia, siendo este el contexto donde la autoestima se acuna y crece. Posteriormente influirán otros contextos como la escuela, la comunidad, los amigos…

Es importante como Madres/padres prestar atención al estilo educativo que es utilizado, como a los mensajes y valores que son transmitidos  a nuestros hij@s.

Sentirnos queridos, valorados y reconocidos por los seres más cercanos cuando somos niñ@s es fundamental y asienta las bases de una sana autoestima.

La familia debe mostrar su estima al niñ@ y proporcionarle un lugar seguro y experiencias adecuadas para que exploren, aprendan.

Un niño con una sana autoestima genera un pensamiento positivo, tiene predisposición a observar lo bueno de las situaciones, se esfuerza por lograr mejores resultados, persevera ante los contratiempos y atribuye lo conseguido a si mismo y no a otros factores como la suerte por ejemplo.

El niño actuará de acuerdo al concepto que tiene de sí mismo. Si piensa que es capaz de conseguir determinadas metas, utilizará todos sus recursos y será más probable que alcance buenos resultados. Si se centra en los aspectos negativos, tiene más probabilidades de fracasar o abandonar antes incluso de intentarlo, esto afectará al concepto que tiene de si mismo.

Consejos para fomentar una buena autoestima:

• Transmitir confianza al niño, hazle saber que crees en él. Ellos creerán en sí mismos si perciben que tú crees en ellos.
• Demuestra tu amor.
• Muéstrales sus cualidades.
• Felicítales por sus cualidades y logros.
• Ten en cuenta sus sentimientos.
• Fija metas alcanzables.
• Educa para que sean responsables.
• Olvida la perfección. «Te quiero tal como eres», deben saber que no son perfectos, pero que son dignos de estima.
• Dales la oportunidad de experimentar y valerse por sí mismos.
• Motívales a superarse sin presiones.
• Déjales opinar, participar en decisiones y crecer en un ambiente donde formen parte.
• Se respetuoso con la personalidad del niñ@.
• No juzgues, ni recrimines.
• Se cuidadoso, no criticarles.
• Favorece las relaciones sociales y afectivas.
• Escucha activamente, haciéndole saber que sus opiniones y preguntas son importantes.
• Pasa tiempo con ellos, para transmitirles que son importantes.
• Demuestra afecto con besos, caricias, palabras.
• Elimina el castigo físico.
• Corrígele utilizando frases constructivas, no descalificativas.

Es muy importante fomentar ambientes que potencien sus aprendizajes, les hagan sentirse seguros y competentes para desarrollar una buena autoestima.

Algunos de los ambientes que propician la inseguridad, afectando y provocando tensión interna, son aquellos donde:

• Se exige demasiado.
• Se critica y corrige continuamente.
• Existe desatención y distancia emocional con las personas cercanas.
• Se compara constantemente con otros niños.
• Existen modelos inseguros. Aprenden de los adultos que les rodean, observando e imitando las actitudes, comportamientos…

Tener una buena autoestima implica sentirse una persona valiosa, que tiene virtudes, pero también reconoce sus limitaciones y las acepta, sin que ello perjudique al concepto que tiene de sí misma.

Es básico que nos aceptemos tal como somos. Reconociendo que no somos perfectos, que tenemos determinadas capacidades y limitaciones.

Directamente relacionada con la autoestima está la teoría de la atribución del psicólogo Fritz Heider, explica cómo percibe uno su propio comportamiento y el de los demás. Sabemos que la autoestima de unos mismo depende de cómo nos percibimos y cómo nos comparamos con los demás.

Todo comportamiento puede atribuirse a factores externos como la suerte, la casualidad, los otros…o puede atribuirse a factores internos como la capacidad para hacer algo.

Si atribuimos los éxitos a factores externos y los fracasos a factores internos nuestra autoestima bajará. Mientras que si atribuimos los éxitos y fracasos a factores que se pueden modificar y dependen de nosotros, la autoestima aumentará.

Tenemos una autoestima sana cuando:

• Aparecen pensamientos positivos y optimistas.
• Mostramos una actitud de confianza hacia un@ mism@.
• Tenemos un alto nivel de autocontrol, controlando los impulsos, la agresividad, la ira.
• Nos sentimos orgullosos de nuestros éxitos.
• Actuamos de forma independiente, con autonomía e iniciativa propia.
• Nos aceptamos y aceptamos a los demás tal como son.
• Tenemos habilidades sociales.
• Somos capaces de empatizar, saber cuáles son las necesidades de los otros y ayudarles.
• Somos capaces de tomar decisiones por nosotros mismos.
• Somos cooperativos y nos adaptamos a las normas.
• Nos entusiasmamos con la novedad.
• Somos capaces de perseguir nuestras metas.
• Atribuimos el éxito a nuestras capacidades no al azar u otros factores externos.
• Cuando nos equivocamos somos capaces de asumir y reconocer nuestros errores.
• Somos capaces de buscar soluciones a los problemas.

Podemos resumirlo en poseer una valoración positiva de nosotros mismos, vernos competentes y ser capaces de enfrentarnos a diferentes situaciones.

Las personas nos equivocamos y a veces no conseguimos todo lo que deseamos. Es importante que aprendamos a afrontar nuestros errores, aprender de ellos y superar la frustración de forma constructiva. Saber que somos los responsables de nuestros actos y que podemos cambiar.

Voy a terminar con esta frase de Jorge Bucay, que recoge las ideas que aquí he plasmado.

Sólo si me siento valioso por ser como soy puedo aceptarme, puedo ser auténtico, puedo ser verdadero.